En las últimas décadas las montañas han experimentado una afluencia creciente de visitantes, llegándose incluso a convertir en un importante reclamo turístico en muchas partes del mundo. El incremento de personas que acuden a la montaña como actividad lúdico-deportiva ha propiciado un aumento espectacular de la incidencia de accidentes en el medio natural.
1. Fórmate / Prepárate
Si no quieres que la montaña te deje K.O. no te sobrestimes. Y no eres ni lo que una vez hiciste, ni lo que quizá algún día harás.
Para desenvolvernos con seguridad en la montaña y en el medio natural en general, debemos aprender. El montañero no nace, se hace.
Como en todos los ámbitos de la vida, aprendemos constantemente, de los consejos de los compañeros, de gente que sabe más que nosotros, otras veces de forma reglada en cursos específicos, pero, sobre todo, viviendo experiencias, que en definitiva es lo que nos va a dar la medida de lo que vamos a ser capaces de hacer y disfrutar con seguridad.
Pensemos, ¿somos capaces de responder a estas preguntas?:
- ¿Estamos preparados físicamente para la actividad que vayamos a realizar?
- ¿Conocemos el medio en el que nos desenvolvemos y sus características?
- ¿Sabemos interpretar los datos meteorológicos y sus previsiones?
- ¿Sabemos localizarnos, utilizar un mapa?
- ¿Sabemos alimentarnos e hidratarnos correctamente?
- ¿Nos vestimos adecuadamente para la actividad que vamos a hacer?
- ¿Sabemos utilizar las herramientas y equipamientos para la actividad que hemos elegido?
- En caso de problemas, ¿sabemos autoprotegernos?
- ¿Sabemos lo que es P.A.S.?
- ¿Sabemos aplicar alguna lección básica de primeros auxilios?
2. Planifica
En la montaña, ¡recuerda!, planificar previamente la actividad nos evitará sorpresas incomodas y nuestro nivel de control sobre los riesgos aumentará.
Para desenvolvernos con seguridad en la montaña y en el medio natural en general, debemos planificar previamente nuestras actividades. El montañero no nace, se hace.
Ha llegado el día, fin de semana, estamos con muchas ganas, ilusión, expectantes incluso. Pero, ¿nos hemos tomado el trabajo y el tiempo para preparar nuestra actividad? Cualquier actividad en nuestra vida diaria también requiere de una planificación.
Pensemos, ¿somos capaces de responder a estas preguntas?:
- ¿Hemos elegido adecuadamente un objetivo que se ajuste a nuestras capacidades? ¿Y a la de las personas que nos acompañan?
- ¿Has consultado la previsión de tiempo que vas a tener?
- ¿La has interpretado correctamente para el terreno en el que te vas a mover?
- ¿Dispones de cartografía, de datos, de croquis, de información consultada en webs, incluso de expertos?
- ¿Sabes cuantos kilómetros, cuantas horas y cuanto desnivel vas a hacer?
- ¿Te has hecho una ficha con la información más importante, los puntos clave, puntos seguros, alternativas, escapes?
- ¿Conocemos a las personas que nos acompañan y sus capacidades?
- ¿Disponemos todos los del grupo del material adecuado?
- ¿Están todos informados de cual es el plan?
- ¿Tenemos un plan B, y plan C?
- ¿y la logística? ¿Transporte, alojamientos, coberturas de teléfono, permisos?
- ¿Has dejado dicho a alguien dónde vas?
3. Equípate
En la montaña, ¡recuerda!, equiparse adecuadamente para la actividad que hagamos nos hará disfrutar y aumentará nuestro nivel de control sobre los riesgos.
Para desenvolvernos con seguridad en la montaña y en el medio natural en general, debemos equiparnos adecuadamente para disfrutar de nuestras actividades. El montañero no nace, se hace.
Preparamos la mochila, la ropa qué vamos a llevar, el material que vamos a utilizar, la comida de mañana……. Pero, ¿nos hemos tomado el trabajo y el tiempo para ver si todo está ok?
Pensemos, ¿somos capaces de responder a estas preguntas?:
- ¿Qué llevamos para comer? ¿Es lo adecuado para la actividad que vamos a hacer?
- ¿Para beber? Cantimplora, camelbag, termo
- ¿Hemos elegido la ropa adecuada para la actividad, tres-cuatro capas?
- ¿Gorro, guantes, gafas, unos calcetines de repuesto?
- ¿Qué material técnico debes llevar para la actividad que vas a hacer?
- ¿Has repasado en qué condiciones esté todo ese material? El calzado, esos bastones, crampones, cintas, cuerdas, friends,….
- ¿Cuentas con los debidos instrumentos de navegación? Mapa, croquis, un gps, móvil, batería y pilas
- ¿Cuentas con el equipo de socorro imprescindible, un botiquín y el Móvil?
- ¿Disponemos todos los del grupo del material adecuado, podemos compartir parte del material o equipo?
- ¿Un pequeño kit de reparación?
4. Actúa
En tu relación con la montaña, como en cualquier otra, permanece al tanto de cualquier situación que no termine de convencerte y actúa.
Para desenvolvernos con seguridad en la montaña y en el medio natural en general, debemos actuar adecuadamente para disfrutar de nuestras actividades. El montañero no nace, se hace.
Tomar decisiones es una constante en cualquier actividad en la montaña y lo hacemos continuamente. A la hora de preparar la actividad ya tomamos nuestras primeras decisiones, pero no dejamos de hacerlo: sobre el terreno, en cuanto las condiciones cambian, cuando el grupo que nos acompaña ha sufrido algún imprevisto,….. Actuar de forma sensata y con prudencia es lo adecuado por lo tanto en nuestras decisiones ese objetivo, será esencial.
Pensemos, ¿somos capaces de responder a estas preguntas?:
- ¿El itinerario que hemos elegido se ajusta a nuestras capacidades y a las del grupo que nos acompaña?
- ¿Las condiciones se ajustan a las previsiones con las que contábamos?
- ¿El terreno se ajusta a lo estudiado anteriormente mientras planificábamos?
- ¿El grupo está informado de la actividad que vamos a realizar?
- ¿Todos disponen del material adecuado para la misma?
- ¿Eres consciente de las condiciones físicas y/o del carácter psicológico del grupo?
- ¿Las decisiones son compartidas por todos?
- ¿Has avisado de dónde te desplazas y de cuándo volverás?
- ¿Cuentas con el material de socorro adecuado? Móvil y botiquín.
- ¿Hay cobertura allá donde te desplazas?